NACIMIENTO VIVIENTE


Comienza la época navideña y ya escuelas, liceos, comunidades y organizaciones se aprestan a preparar sus nacimientos vivientes para dar la bienvenida a la época decembrina y rememorar el nacimiento del Niño Jesús desde la tradición.
En la U. E. “Carlos Federico Gross” se dio inicio a la Navidad el 30 de noviembre de 2018, cuando los docentes de cultura y música, en unión de los representantes de los niños aunaron sus esfuerzos para la creación y representación del nacimiento viviente.
Como toda costumbre de origen católico, el pesebre viviente es una tradición heredada de los europeos. De 1223 data el primer nacimiento vivo como una idea de Francisco de Asís, llevada a cabo en Greccio, Italia. De hecho, siglos después, por este hecho, el papa Juan Pablo II proclamó al santo como patrón universal del “belenísimo”, es decir, del nacimiento o pesebre.
Pero, más allá de esa génesis, el acto ha trascendido su carácter religioso. En Venezuela, representar el nacimiento de Cristo es una excusa entrañable para el encuentro, el compartir, la fraternidad, la celebración y el arraigo comunitario en el mes de la reconciliación.
En líneas generales, el nacimiento viviente consiste en escenificar al alumbramiento de Jesús con actrices y actores. Un narrador va hilando los acontecimientos, algunas veces desde que el Ángel Gabriel le anuncia a María que será madre del Salvador, otras solo desde la llegada de José y la Virgen al pesebre para el parto y posterior adoración del pequeño mesías, incluyendo la llegada de los Reyes Magos, basándose fundamentalmente en los relatos bíblicos.
La fabricación del vestuario y de la escenografía de forma artesanal y con material de reciclaje es parte del compartir de esta tradición, que requiere de días e incluso semanas de preparación entre la redacción del guión, la selección de los intérpretes, los ensayos, la convocatoria del público, la comida para el compartir, y la producción general.
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