Este es un artículo para
reflexionar, para compartirlo en privado o con alguien especial, para aumentar
de vida esos momentos débiles, para iluminar la oscuridad, para llenar de color
el arcoíris, para dominar una derrota temporal, para calmar angustias, para
aprender a vivir en presente.
Aprovecha el día:
No dejes que termine sin haber
alimentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que
nadie te quite el derecho de expresarte, que es casi un deber. No abandones tus
ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las
palabras y la poesía si pueden cambiar el mundo. Porque pase lo que pase,
nuestra esencia está intacta. Somos seres humanos llenos de posibilidades. La vida
es desierto y oasis, nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en
protagonistas de nuestra propia historia.
No dejes nunca de soñar, porque
en los sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los
errores, el silencia. La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes.
¡Huye!
Emite tu alarido sano por los techos
de este mundo. Valora la belleza de las cosas simples, y también la simpleza de
la belleza. No traiciones tus creencias, todos necesitamos aceptación, pero no
podemos remar en contra de nosotros mismos, eso transforma la vida en un
infierno. Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante. Vívela
intensamente sin mediocridades.
Piensa que en ti está el futuro y
encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes pueden
enseñarte. No existe nadie tan sabio que no pueda aprender algo nuevo, como
tampoco hombre tan pobre que no tenga algo por enseñar. ¡Aprende! Pero sobre
todo aprende a vivir.
¡Enseña! No permitas que la vida
te pase a ti sin que la vivas…
Autor desconocido.
Fuente:
Caramés, Juan Carlos. (30-09-2007). Diario
El Carabobeño. Revista Paréntesis. (P. 10).
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